martes, 17 de junio de 2014

Cromoxilografía


Como extensión de la xilografía, el siguiente trabajo fue la cromoxilografía, que no es otra cosa que el uso de matrices de madera para el estampado de la imagen en color. Este proceso puede hacerse a través de varias técnicas, que son las siguientes:
 
  • Técnica de Munch, que consiste en, una vez trasladada la imagen a la plancha de madera, cortar ésta en piezas según el dibujo como si fuera un puzle. Entintar todas las piezas y formar el puzle antes de colocar el soporte encima donde se quiere obtener la imagen.
  • Técnica de la plancha perdida. Esta técnica la puso en marcha Picasso y consiste en ir extrayendo la madera en función del color que se quiere aplicar. En esta técnica es muy importante tener claro lo que va en cada color porque una vez que se ha estampado un color y se ha procedido a devastar el color anterior no se puede recuperar.
  • Uso de varias matrices, una para cada color deseado. La estampa se produce por la superposición de las distintas matrices en el soporte deseado.
En función de la imagen que se quiere estampar, puede optarse por una u otra técnica. A veces, por las características del dibujo, no es posible aplicar cualquier técnica.

Yo opté por el uso de varias matrices. Mi dibujo tenía partes muy pequeñas y finas que hacían que no fuera posible el uso de la técnica de Munch. Incluso, la de la plancha perdida era complicada.
Como en la xilografía y en el PVC, lo primero fue hacer el boceto. Esta vez, en vez de trasladar el dibujo directamente a la plancha, tuve que hacer una especie de mapa de colores, para ver qué partes iban en cada color, cuántos colores quería tener y qué partes debía calcar a cada plancha.

Una vez hecho esto, me salieron 6 colores (azul, azul más claro, rojo, amarillo, morado y negro) y 5 planchas, obteniendo el sexto color (morado) como mezcla de dos colores a través de superposición de las matrices en el soporte de la estampa.

Trasladé los dibujos, apliqué la goma laca a cada plancha y obtuve 5 matrices, algunas de ellas sin forma aparente debido a que eran partes de formas descompuestas.


Para no devastar toda la matriz completa y poder entintar sin que cogiesen color partes que no deseaba, utilicé acetato para cubrirlas. Así, el entintado fue bastante fácil.

Una vez en el tórculo, seguí el procedimiento normal para estampar con la primera matriz, que fue la azul. Esto consistía en poner un acetato, la matriz, el papel (en mi caso fue el soporte utilizado) y el papel de seda. Sin embargo, con las siguientes matrices (azul claro, amarillo, rojo y negro, por ese orden), invertí el orden para poder hacer coincidir mejor el registro de las matrices. Así, coloqué el papel abajo y luego puse las matrices una por una, utilizando como registro el gofrado de la matriz en la estampa.



Bastante complicado esto último, por cierto. No siempre es fácil hacer coincidir las matrices, creando a veces efectos inesperados e interesantes en el interior de la estampa aunque los bordes de ésta quedan imprecisos.

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